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Bidrage med feedbackAunque al principio no estábamos seguros de si íbamos a comer bien, ya que había habido una fiesta en la localidad y se habían quedado sin muchos productos, al final la experiencia resultó positiva. La comida fue agradable, aunque tengo mis reservas sobre el cóctel de marisco: me dijeron que llevaba gambas y no encontré ninguna, solo surimi, lechuga y salsa rosa. A pesar de eso, los montaditos estaban muy buenos. Probé uno de jamón ibérico con queso de cabra que estaba realmente delicioso. En cuanto a las tapas fritas que quedaron tras la fiesta, las puntillitas estaban ricas, aunque me gustó más la guarnición, una ensalada que no se limitaba a la típica lechuga de acompañamiento, sino que también incluía tomate, maíz y pimiento. No pedimos raciones, pero varias de la carta llamaron nuestra atención, ya que se salen un poco de lo habitual en los bares de tapas de la Cuenca Minera. Quedaron pendientes para una próxima visita. Los platos combinados no me entusiasmaron especialmente; la combinación (valga la redundancia) que ofrecían me pareció poco interesante. Yo los habría planteado de otra manera. Lo que más me atraía de venir aquí al principio era el hecho de que el restaurante se encuentra en el edificio de una antigua estación de tren de la época en que los ingleses explotaban las minas de Riotinto, que ha sido rehabilitado como restaurante y hostal. Tiene dos buenas terrazas para sentarse al aire libre, lo cual es excelente en verano. Por dentro, el espacio es mucho más reducido y no me gusta la poca iluminación que hay.
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