Plaza Mayor - Torrejón de Ardoz

Lugar tranquilo, donde se observa que el jefe tiene una buena comida. Los dos jamones de la entrada te dan una pista. pocas mesas, dentro y abiertas a conversaciones y familias. la comida, siempre que he venido, de muy buena calidad. Se trata de repetir y probar. un buen lugar.

Hicimos una reserva para seis personas y aunque llegamos tarde no nos pusieron ningún pegamento. el restaurante está situado en la misma plaza, se puede aparcar en el aparcamiento de pago que está a continuación. Albóndigas mero con muy buen wakame, los tacos cochinitos con el toque joto de picante. la atención del personal impecable.

Hemos visitado este restaurante del bar varias veces esta semana y hemos estado muy satisfechos, tanto con la calidad de los productos como con la de su servicio. la camarera que a veces nos ha tratado y la persona que parecía ser el dueño nos ha tratado con gran bondad y educación y siempre con una sonrisa, algo como un lugar frecuente. la cerveza es buena, bien lanzada y a su punto de temperatura y las tapas que la acompañaban estaban hechas y de calidad.

Es un restaurante interesante en Torrejón. Los precios son un poco altos y la propuesta gastronómica es arriesgada y no siempre aciertan de pleno. La calidad es buena. Sus ravioli con foie prometen más de lo que son, ya que están hechos con pasta filo, que puede pasarse, pero vienen mezclados con mantequilla de queso azul que mata totalmente el delicado sabor del foie. Sus torreznos son correctos aunque excesivamente grasientos. Luego está la deleznable costumbre de adornar todo con un chorro de algo por encima, pero eso es común al 95% de la nueva hostelería. Los camareros son muy profesionales y el ambiente del comedor es agradable. Es un sitio donde volver

Pese a que la primera toma de contacto por parte de unos empleados fue bastante desagradable porque no nos facilito el conseguir una mesa (estuvimos a punto de marcharnos), por suerte cuando conseguimos sentarnos todo fue sobre ruedas. Una atención de 10 por parte del camarero que nos asignó la mesa, además de una raciones muy buenas y más que generosas. A destacar sin duda los callos que estaban increíbles. Volveremos!