Pueblo Pibil - Tixkokob

Me gustó mucho muy sabroso todo lo recomiendo mucho

¡Impecable! Tenemos poco más de cinco años yendo a celebrar en familia y siempre salimos con un buen sabor de boca, todo es delicioso, y la temática de cada habitación es ingeniosa. Les recomiendo ir antes de que desentierren la comida, pasan a la mesa a invitarlos a ver cómo lo hacen, mientras explican tiempos de cocción y un poco de las tradiciones yucatecas. Cuentan con menú de degustaciones de platillos diferentes al menú que usan a diario, ese se reserva con unos dias de anticipación y es de diferentes tiempos. Tienen una variedad de aguas naturales según el día que vayas y su micología también es buena. Mi favorito imperdible es su relleno negro, es picoso y sus porciones son grandes, los acompañan con tortillas hechas a mano.

Exelente lugar , la atención y que se puede decir de sus deliciosas comidas yucatecas y de los diversos preparados con licor que dale uno pedorrecontento

Mi experiencia en este lugar Fue Fatal, No tienen todos los platillos que ofrecen en Menú solo 5 o 6 y nos los cambian desde qué iniciaron) No hay comunicación entre Cocina y Meseros para dar información de menú existente Muy caro como si fuera un lugar de muy alta Cocina es buena pero caro para el servicio Todas las mesas y familias decepcionadas solo llegamos u una entrada y un primer tiempo al esperar más 01:30 hrs. Quizás un desajuste solo de ese día y sabrán resolver sus áreas de oportunidad.

Restaurante en una antigua mansión. Bonitamente restaurado. El ambiente es encantador. Se encuentra en un pequeño pueblo en la ruta a Izamal. Su especialidad es el pibil: platos que se cocinan enterrados bajo las cenizas. Es una forma de cocinar los alimentos típica de la cocina maya. Pudimos asistir al ritual de la salida del plato. La comida es buena y típica. Las porciones son bastante abundantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se necesita tiempo para la comida, ya que el servicio o la preparación son un poco lentos.