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Bidrage med feedbackParada obligatoria en Santiago. Comida excelente, casera, a muy buen precio con una decoración muy actual. Trató exquisito por parte del personal que nos atendió
Menú con comida recalentada (pimientos rellenos) croquetas con sabor a churros, una cambio de aceite más que necesario en esa cocina, los espaguetis horribles, no entiendo como hacen una reforma muy chula y descuidan de esta forma el servicio de cocina.
Parece que la cocina no prueba sus propios platos. Ya hay que hacerlo mal para conseguir que unos chipirones fritos no sepan a nada. Y encima sosos por la falta de sal. Pero pedir una tortilla con cebolla caramelizada y queso de cabra...y que no sepa a ninguno de esos ingredientes, eso ya es difícil. Lo peor, la tortilla estaba hecha con patatas fritas cortadas de modo bastón. Eso no es tortilla, lo mires por donde lo mires. Fuimos con hambre pero por desgracia nos volvimos con una experiencia poco agradable al paladar.
Estuvimos en la terraza interior de LuaS donde la parra atempera el calor sofocante de estos días en Santiago. Comida excelente, espacio relajante y freso. Lo mejor, el trato impecable. Volveremos.
Experiencia nefasta donde las haya. Me decido a comer en terraza, con el consiguiente suplemento. La terraza en un estado de abandono pasmoso, lúgubre y casi ruinoso. Carta poco atractiva, pido el menú, poco diverso, por cierto, y entre el que había croquetas variadas. Al decirme que son de pulpo le explico a la camarera que padezco alergia a los cefalópodos. Pregunto de qué es la empanada y se me dice que de carne. Me decanto por ella y, cuál no sería mi sorpresa al percibir el sabor y la textura de cefalópodos!!! Entre la masa con sabor a plástico y la amalgama de carne más que picada, casi triturada, había trozos de los despojos del pulpo!!!! Habían aprovechado cualquier resto para el mejunje. Afortunadamente llevo siempre conmigo la medicación. Aviso a la camarera y me confirma, tras preguntar en cocina, que llevaba pulpo. Me cambian por croquetas supuestamente de jamón, pero debía ser de los cerdos alados con que soñaba Dumbo porque directamente no había jamón en la bechamel, se había marchado volando. El raxo muy salado y aceitoso. El menú no contempla la opción café y postre, así que pido un americano. Muy mediocre también el café. Decir que al traerme el vino, la camarera me avisa que no entra en el menú una vez servido en la copa. Cuando se aproxima la hora de cierre, la propietaria insta a las mesas a pedir el postre porque en diez minutos cerraban. Servicio pésimo, cocina muy, muy mediocre. Desde luego para no repetir. La oveja negra de las casas de comida de la Rúa San Pedro.