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Bidrage med feedbackUn lugar donde puedes disfrutar de una buena cena con amigos o familia, el servicio es magnífico y la relación calidad-precio de los productos es muy buena.
Fui con amigos que lo conocían y me habían hablado, pero todo superó mis expectativas. Una barra libre de raciones, sangría y cerveza, con lo cual acabas saciado hasta los topes, un trato excelente y un local adecuado para el tipo de servicio, mi impresión no pudo ser mejor, gracias y volveré.
He visitado varias veces este restaurante para tomar algo en la terraza, que es un entorno muy agradable. También he ido a cenar y las raciones son muy generosas. Tienen una variedad de platos y el personal es muy atento.
Fuimos con unos amigos que lo conocían. Nos apuntamos a un Bufet de 18€, raciones normales como calamares, alitas de pollo, queso gratinado, tortilla, oreja, croquetas hasta 13 raciones y cerveza barra libre. Al terminar te preguntan si quieres repetir alguna ración. En fin, no son de lujo, pero comes muy bien. El servicio fue bueno, un chaval muy simpático y le ayuda en dueño. De postre unos dulces hechos por ellos que se llaman calladitos. Repetiremos
Fuimos a este local a comer unas raciones, a probar cómo funcionaba. Aunque la terraza exterior tenía buena pinta, como no teníamos muy claro el tiempo que iba a hacer, pasamos dentro. En sí, el local no está mal. Bajando unas escaleras, tiene una zona de comedor, separada de una zona de barra, bastante estrecha. No sabemos si no suele haber mucha gente o fue la hora, pero dentro sólo había una mesa, y en la terraza otra. Comimos raciones: croquetas de jamón, de boletus, una ensalada, un plato de jamón ibérico y chopitos. En cuanto a la comida, no fue ninguna maravilla: las croquetas de boletus eran al aroma de boletus (fue opinión generalizada que sabían más a pastilla de caldo), las de jamón y la ensalada normales, los chopitos de esos pequeños (hay quien los prefiere a los de más tamaño), sólo nos pareció interesante el jamón. El problema de verdad fue la atención: había sólo un camarero corriendo de aquí para allá, y el hombre lo intentaba, pero era imposible atender una sola persona a todo el mundo. Un buen rato después salió el dueño a echar una mano y el retraso se descongestionó un poco. Lo único que nos pareció interesante es un pastel que venden allí (parece que también lo hacen, los cosladitos. Está cubierto de chocolate y tiene varias capas en su interior, y no es grande, lo cual lo hace interesante para el café. En resumen, nada memorable. No es probable que regresemos.