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Bidrage med feedback@mesonjoseluis era uno de los que tenía pendiente de probar, ya en el nuevo emplazamiento, y desde luego que la visita no me ha defraudado, donde todo estaba riquísimo. Se caracteriza por tener un género de calidad cocinando de manera tradicional, donde el sabor no engaña. Con raciones más que generosas en el que la brasa y la plancha son las protagonistas en mucha de sus propuestas, tanto para carne como para pescado, tiene además múltiples opciones en su bodega para maridar y disfrutar de la comida. Comida para 4 para compartir con bebida, donde nos volvimos a decantar por @bodmartincodax que es un Albariño que nunca falla. 1️⃣ Aperitivo de la casa de cortesía. Oreja de cerdo a la brasa. A mi es que me ponen “pestorejo” y me pierdo…. Rico rico 2️⃣ Croquetas de rabo de toro. Caseras. 100 . Espectaculares. Sabor increíble. Rebozado perfecto. Muy muy ricas 3️⃣ Champiñones a la plancha. Relleno de jamón y queso con una ligera vinagreta por encima.La mezcla en boca estaba rica. El champiñón, de gran tamaño, estaba jugoso y en su punto. 4️⃣ Calamares fritos al estilo andaluz. Muy limpios y tiernos. Se deshacían en la boca. Correctos. 4️⃣ Chuletón de ternera. Vaca Rubia. En torno a 1 kg. Perfecto de punto. Carne muy jugosa y con muchísimo sabor. Fallo el mío por no preguntar el proveedor. 5️⃣ Flan de la casa. Con textura más bien de Pudding, pero la verdad que estaba muy rico. 6️⃣ Tarta de queso.Casera, de las que me gustan intentando ser fluyente en el centro. Le salía, quizás en exceso, el sabor a queso. Bien. Como especialistas en carne que son, en el @mesonjoseluis, cualquiera de las opciones que pidas, te van a hacer disfrutar de una muy buena comida. Acierto seguro. Más crónicas y opiniones en mi perfil de Instagram @lambuzozampon
Hemos comido súper a gusto; trato por parte de camareros excelente incluso recomendándonos no pedir tanto (sinceridad escasa en otros sitios); servicio a ritmo correcto-veloz incluso con sala llena; platos MUY ricos con raciones potentes; y precio ajustado a la calidad ofrecida. GRACIAS Y ENHORABUENA .
Estuvimos en familia con un niño pequeño, en total 6 personas , la comida en relación calidad precio fenomenal, El secreto iberico, el jamon de bellota, lo chipirones a la plancha con su ensalada de acompañamiento y el lagarto iberico , todo estaba exquisito. Y el servicio de lo mejorcito. muchas gracias volveremos.
Conozco el restaurante desde hace años, cuando siendo un diminuto establecimiento, se denominaba Mesón Jose Luís y montaba su terraza en la plaza del Espíritu Santo. Es importante decir esto porque, aunque mi opinión es solo una opinión, no se basa esta en una visita aislada en la que la valoración que hago se ha visto afectada por “la mala suerte de un desafortunado día”. Actualmente el restaurante goza de una mejor presencia que antes, pero no de una mayor calidad. Paralelamente a esto, el precio se ha incrementado, cosa que no me parecería mal si la calidad de los platos, así como la atención recibida, se hubieran visto afectadas en la misma medida. Como muestra, la copa de cerveza a 3,70 euros, igual que si estuviéramos en Madrid. Antes, los mejillones eran de una calidad inigualable, ahora, especialmente las dos últimas veces, eran unos mejillones esmirriados. Cuando se pagan 14 euros por una ración de mejillones, estos deben ser indefectiblemente unos magníficos mejillones; no se paga ese precio por las conchas, si no por sus habitantes. Si no se tienen buenos mejillones no se sirven y punto. A veces es necesario perder para ganar. Otro ejemplo, la ensalada de mango y salmón ahumado a 16,50 euros. El ingrediente que más presencia tenía en dicha ensalada era el producto que no se menciona en el nombre de la misma, la lechuga. Las croquetas de rabo de toro estaban saladas, aunque su textura era correcta. La moraga estaba parcialmente quemada, era sin duda el resultado de trabajar con prisas, no prestando al producto la atención que requiere. Una de las ensaladas tardó muchísimo en llegar a la mesa, se había quedado olvidada en la cocina. Los mejillones también debieron quedar olvidados en un rincón porque además de esmirriados, como he dicho anteriormente, estaban fríos. Lo único que estuvo completamente bien fueron los chipirones. Los postres, tarta de queso y dos tartas de galletas de la abuela. Ambas estaban buenas, aunque se notaban las prisas en su emplatado: una de las tartas de galleta tenía nata y un poco de natillas y la otra tenía solamente nata. Tardamos en comer dos horas y media y eso teniendo en cuenta que se trata de platos que requieren poca elaboración. Cuando esbozamos una queja al camarero este nos pidió tranquilidad y que comprendiéramos que estaban desbordados. Pues bien, si hay que reducir un 25% el número de comensales para poder dar un buen servicio se reduce y punto; o se amplía el personal de cocina y de sala. Imagínense que a la hora de pagar se me ocurre decir que deben comprender que estamos a final de mes y que no tengo dinero. Seguramente Jose Luís no lo entendería. Pues igual me ocurre a mí. Me gustaría que este comentario se tomara como un toque de atención, pues creo que un negocio, que en tiempos fue admirable, no debería ir a peor, sino todo lo contrario. A mejorar, que se puede.
Definitivamente, la cantidad está reñida con la calidad. Grandes platos de comida insulsa a precio de comida de calidad.