La Era De Mi Abuelo

Un sitio con magia , especial para bodas , decoración Preciosa , sobre todo el salón de bodas y un lugar inédito, el cuarto de baño !!! Maravilloso. Adornado con mariposas. Cogimos una habitación por circunstancias personales y comodidad para la boda , pero por insistencia de recepción, me dan la numero 5 , en la planta baja dentro de recepción,en la misma entrada y nada barata , estando allí , me entero que en la misma semana , queda libre una suite , que ni.si quiera.me ofrecen , a pesar de la insistencia desde dos meses antes , reservada la habitación, explicando los motivos Los ruidos de los niños allí sueltos jugando en la misma puerta de la habitación, sin nadie en recepción, y sin poder dormir !!! Las 5 de la mñ cuando los padres se los llevaron acostar !! Sin poder dormir , a pesar de que fuera una boda , no se ha tenido en cuenta mis peticiones, su respuesta no quedan más habitaciones e incluso al llegar , me contestaron mal en recepción, Creo que el que asistas a la boda , cada uno tiene derecho a irse a descansar cuando quiera , y no pudo ser , a mi Esa habitación no me ha costado menos que las demás !!! La suite solo eran 23 euros más , que hubiera pagado ,se aprovechan por todo , ni si quiera entraba el desayuno

El restaurante es precioso. La comida es mediocre. No tiene sabor y es muy cara. Comimos bastante mal considerando el precio que pagamos.

El lugar es bonito aunque un poco descuidado, el restaurante se ve que fue muy bueno, pero ha venido a menos, les falta personal, tardaron mucho en servirnos entre plato y plato, los precios muy altos para la elaboracion que tienen y más bien escasos de producto (y no somos de grandes cantidades). En resumen, no lo recomiendo, hay otros muchos restaurantes por la zona que tienen mejor relación calidad precio.

Un sitio espectacular y la comida toda estaba riquísima recomiendo un plato que tienen “lechona” y la tarta de la casa.

Depois da surpresa veio a confirmação. Local lindíssimo decoração perfeita, perdido no tempo, partimos para a refeição. Funcionário simpatiquíssimo e profissional. Começamos com um gaspacho andaluz, que foi as boas vindas para o resto. Seguidamente degostamos uns croquetes de touro, muito saborosos. Rabo de touro estufado ao mais alto nível, solomilho muito bom. Local calmo onde se pode ver as estrelas e ouvir o silêncio. Partimos com vontade de regressar e ficar hospedados.