Blackstone - Álvaro Obregón

El lugar es hermoso y la comida es buena, pero era viernes a las 9 pm y solo había 2 mesas, cero ambiente y nos pidieron que nos fuéramos a las 12.30. No volveremos.

¡Excelente servicio que te hace sentir como en casa! ¡Muchas gracias al equipo de Blackstone! Comimos delicioso, recomiendo la torta ahogada y el mole de olla. ¡El costillar es lo máximo! Para rematar, chata de postre con un latte. ¡Mejor imposible! ¡Buen provecho!

El restaurante es totalmente recomendable:El servicio es muy bueno, atento, respetuoso y oportuno.La calidad, sabor y porción de los platillos es excelente.El menú no es muy extenso, pero no tiene que serlo. Lo que sirven es excelente.No dejen de pedir salsas molcajeteadas, las quesadillas de chapulines y las de chicarrón. El tiradito de atún es inmejorable. Los tacos de mole de olla son una delicia.Excelente variedad de bebidas.No dejen de ir.

Lástima de lugar ya que tiene una terraza muy agradable pero el servicio es fatal y de la comida ni hablar.No tienen buena presentación los platillos y si pides algo normalmente no lo tienen es un restaurante mediocre no lo recomiendo para nada.

En una escapada de pareja llegamos a este restaurante. El sitio está muy bien puesto, moderno y funcional. Fuimos a cenar a la terraza, con un ambiente más privado y cómodo. La carta me resultó extraña, porque en su mayoría eran platillos mexicanos pero también había cocina internacional. No entendí muy bien su concepto.Mi esposo pidió un ceviche que resultó muy olvidable. Yo en cambio, pedí una costilla braseada en salsa de vino tinto que hubieran envidiado los Picapiedra. Resultó gigantesca, pero no tuvo desperdicio. La carne era tan suave que se deshacía y la salsa le aportaba un gran sabor.El servicio fue esmerado y atento.La relación costo-beneficio no le favorece. Entiendo que está ubicado en el Pedregal, pero dada la calidad de los productos no justifico esos precios.