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Bidrage med feedbackLa ensalada increible, buen pan y exquisito cordero. La atención muy buena. Para aconsejar, repetiré.
Quiero aprovechar este medio para felicitar a Tinín en el día de su Santo. Muy agradecidos por el cariño y la atención recibida. Esperamos volver a...
La forma que tuvo la señora de atendernos y decirnos que no había mesa era equiparable a echarnos a patadas, bastantes malas formas.
Familiar, Amabilidad , y cordero insuperable...(10)
¡No te quiebres la cabeza pensando el menú, aquí se come CORDERO y se bebe TINTO! Atraídos por la espectacularidad de Sepúlveda acudimos fieles a nuestra cita gastronómica con el lugar, porque sin esa parada no se vive la experiencia turística al completa. Aunque es mucha la oferta que tienen en Sepúlveda, en este pequeño rincón junto a la Plaza de España tienes lo que necesitas y de la simpleza virtud. No hace falta ni que pidas. Ambiente: Es un local pequeñito, con la decoración antigua de un bar con solera y sin exquisiteces. La espalda del gran horno que emplean para sus platos invade parte del salón principal. Los camareros, simpáticos y familiares, solo te preguntarán por la bebida y muy atentos en todo momento para no hacerte perder tiempo con esperas. Un 10 a esos camareros de toda la vida, de raza, que sin florituras modernas podrían dar clases a cualquiera de cómo servir mesas ¡Enhorabuena! Comida: No llevábamos sentados ni 5 minutos y en nuestra mesa ya teníamos el pan de la zona (estaba para entrar a vivir de lo rico que estaba) traído de la panadería justo al lado recién hecho, y una ensalada de las de verdad. Con tomate que sabe a tomate. El plato fuerte, no busques porque no hay carta: CORDERO AL HORNO. Que delicia, con una carne que se deshacía en la boca. Chupamos hasta el último hueso. Lo venden en platos para dos, es un cuarto de cordero, y el precio es de 35 euros. Pero por este plato tras patear todo el pueblo muchos seríamos capaces de pagar con nuestros ropajes si fuera necesario. Exquisito. Para postres igual si necesitas carta, porque tienen muchos y a cada cual mejor. La tarta de queso tenía pintón, aunque nos decantamos por el ponche segoviano, ya que estábamos en la zona. Por 4 euros, un auténtico manjar. Cuántas elaboraciones y tan bien hechas para poner el broche dulce a una comida de 10. Lo dicho, de la simpleza virtud y de comer al Figon. Muy recomendable. ¡Sigan disfrutando!